Contratar un seguro de hogar dista mucho de ser algo nuevo. Sin embargo, es otro de los fenómenos que se verá inevitablemente afectado por el desarrollo de las nuevas tecnologías en el s. XXI. En este caso, por la reciente y creciente incorporación de los asistentes virtuales a los espacios domésticos.
Antes de nada, podríamos preguntarnos qué es exactamente un asistente virtual. Básicamente, consiste en un programa que ayuda a los usuarios a interactuar con sistemas computacionales, con todo lo que esto último con lleva. Podemos encontrar estos asistentes en múltiples dispositivos o plataformas: uno de ellos sería Alexa, el asistente que proveen por defecto las últimas versiones del sistema operativo Windows. Sin embargo, estos asistentes no tienen por qué estar vinculados a un ordenador personal. Otro de los más conocidos es el Amazon Echo Dot, una especie de altavoz circular con el que el usuario interactúa, dándole órdenes o haciéndole preguntas. Simplemente, hay que ubicarlo en medio del espacio doméstico que se prefiera.
La relación entre el asistente virtual y la tarificación del seguro de hogar
Para muchos de nosotros es ciertamente sorprendente que ciertas compañías de seguro norteamericanas, como Travelers, comenzaran a regalar con la compra de sus servicios el Amazon Echo Dot. No obstante, a la hora de calibrar la tarifa de un seguro de hogar, este asistente virtual puede ser de gran utilidad. Para saber por qué, hay que empezar diciendo que supone un beneficio directo para nuestro día a día: en la web de Travelers, se asegura que nos ayuda a lidiar tanto con la póliza de seguros como con la gestión del propio hogar.
En caso de que tengamos problemas con cualquier tipo de desperfecto o de avería que haya en el inmueble, basta con que nos dirijamos al asistente virtual y le solicitemos información o un consejo, o que directamente le preguntemos cuál es el modo más rápido y barato de solucionarlo. Entre esto último, se puede incluir que el asistente acceda a una base de datos y te remita directamente a un profesional que se dedique a realizar las reparaciones necesarias.
De este modo, puedes adelantarte a accidentes, atajándolos por tu propia cuenta, y a su vez, las compañías ahorran en gastos, desplazamientos innecesarios, gestiones burocráticas, ecétera.
Y esto, indudablemente, abre un debate que debemos acometer y que de hecho ya está desarrollándose en el mundo del seguro: ¿hasta qué punto estos nuevos asistentes virtuales pueden ayudar, reemplazar o automatizar las tareas de un mediador de seguros?, ¿cómo va a afectar a la relación mediador- asegurado esta nueva vía de comunicación?. ¿La automatización en la respuesta, o los chatbots, serán aliados también de estas nuevas tecnologías?.
Desde AEMES proponemos un análisis sobre cómo debería adaptarse la profesión de mediador y su modelo de negocio a los cambios que orqueste el futuro, algunas de cuyas tecnologías habilitantes están ya entre nosotros.
Además, emplear estos asistentes virtuales no sólo es útil a la hora de prevenir accidentes. Su principal atractivo consiste en que permiten sortear todo tipo de inconvenientes del día a día como pueden ser, por ejemplo, las goteras o las humedades. Asimismo, en caso de que tenga lugar alguna desgracia (un pequeño incendio, un robo, un destrozo causado por terceros...), acudir al asistente también es un modo de obtener información segura e inmediata.
Por último, mediante estos procesos, el uso de estos asistente le puede permitir a los mediadores y compañías almacenar una gran cantidad de datos relativos a los incidentes domésticos que ocurren en una determinada zona. Todo ello, una vez transformado en información útil por ingenieros de big data, es lo que influirá, con mucha seguridad, al hacer una tarificación mucho más precisa de nuestros futuros seguros de hogar.